sábado, noviembre 05, 2005

Crece devoción por la Virgen de Pindal

Era el año de 1926, los fieles católicos de Pindal, por ese entonces pequeño barrio perteneciente a la jurisdicción de la parroquia eclesiástica de Alamor, solicitaron al Padre Lautaro Vicente Loaiza que enviara a esculpir una imagen, similar a la de Nuestra Señora del Cisne, con el fin de rendirle culto a ella, a la Madre de Dios.

El sacerdote para complacer a los feligreses contrató los servicios artísticos del famoso escultor barcelonés Francisco de Paula Gomara, quien plasmó los sueños de los pindaleños en la bellísima imagen que actualmente se venera en el Santuario Diocesano de Pindal.
Una vez llegada la imagen a Pindal, ante el regocijo de los fieles y el orgullo del Padre Loaiza, fue solemnemente bendecida un día 8 de septiembre de 1926, año desde el cual se celebran devotos festejos en las fechas del 10 de julio, 8 de septiembre y 20 de diciembre.

Desde el arribo mismo de la venerada imagen, la Santísima Virgen María ha demostrado su omnipotencia suplicante, alcanzando del Señor innumerables prodigios; entre los cuales uno de los más importantes ha sido el haber alejado definitivamente de Pindal y sus alrededores la peste bubónica que otrora diezmara a los habitantes de este rincón del país.

Con la Coronación Diocesana a nuestra Madre y Reina de Pindal y por haber sido designado su templo con el honroso título de Santuario, el 11 de octubre de 1997, día a día crece el fervor de los fieles, lo mismo que las peregrinaciones de los devotos que llegan a visitar, orar y prometer conversión ante la Sagrada Imagen, con ese amor entrañable que el pueblo católico profesa a su celestial Madre, Reina y Patrona.

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